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Quién es Andrea…

Mujer, madre y coach. Al final he conseguido hacer de lo que realmente me gusta mi profesión.

Ser mujer me ha ayudado a convertirme en una luchadora, a no resignarme al cómo son las cosas, si no a pelear por el cómo quiero que sean.

Ser madre ha contribuido a reforzar mi espíritu conciliador y cooperador; disfrutar del tiempo que paso con mis hijos, ayudarles a crecer y a convertirse en su mejor versión, inspirarles para que puedan alcanzar cualquier meta que se propongan, ha llenado mi vida de una manera que nunca hubiera podido imaginar.

Ser coach ha terminado de cerrar un círculo perfecto, para hacer que mi vida sea completa. Le ha dado sentido y dirección a mi vida profesional; Ayudar a otras personas a crecer, creer en ellos mismos y atreverse a plantearse y alcanzar objetivos ambiciosos, se ha convertido en algo que realmente me llena, y hace que cada lunes sea un día maravilloso en el que puedo continuar trabajando en algo que realmente me apasiona.

¿Por qué Inspirando la Pasión de Vivir intensamente?

  • Porque realmente creo que las personas necesitamos darnos cuenta de lo que realmente nos importa en la vida, y luchar por crear el contexto que nos permita vivirla intensamente
  • Porque no podemos vivir a medias, porque al final del camino podamos mirar atrás y sentirnos llenos con la vida que hemos llevado.
  • Porque hay momentos que tenemos que parar y pensar qué más podríamos hacer.
  • Porque tenemos que tener curiosidad siempre, por ver qué mas podemos hacer.
  • Porque tenemos que atrevernos a vivir de verdad.

Mis dos ciudades:

Burgos; donde nací y crecí hasta los 23 años, donde está toda mi familia y algunos de mis grandes amigos, y donde dejé guardados al «fresquito» un montón de momentos maravillosos, y grandes aprendizajes.

Y Barcelona; la ciudad a la que vine a vivir con 23 años y de la que me enamoré profundamente, de donde realmente me siento, donde está mi hogar, mi FAMILIA y mi trabajo (por lo menos mi oficina), esta ciudad que lo tiene todo (clima, mar, montaña, gente maravillosa, oportunidades, cultura…), esta ciudad que por lo menos de momento, hasta que encuentre otro mejor, se ha convertido en mi lugar favorito del mundo.

Mi trabajo:

Como decía soy coach y formadora, lo que realmente quiero hacer es ayudar a las personas a crecer constantemente y a que se atrevan en convertirse en quien realmente quieran convertirse. Atrevernos a soñar y a hacer de nuestros sueños nuestra forma de vida.

¿Cómo? Parándonos a pensar qué queremos realmente. Te has parado pensar alguna vez a buscar respuesta a estas dos preguntas: ¿tú que quieres de esta vida? y ¿qué es lo que la vida puede esperar de tí?

Pero exactamente ¿qué es lo que hago? ayudar a las personas a crecer constantemente, como líderes, como miembros de un equipo, como personas buscando opciones profesionales mejores

  • Executive coaching
  • Team coaching
  • Career Coaching

Inspirando su curiosidad por ir más allá constantemente, retarse, permitirse creer que son capaces de crear su propia realidad y alcanzar metas ambiciosas.

Desde mi propia experiencia, he comprobado que trabajando duro y dando los pasos adecuados, los obstáculos se pueden superar, los retos se puedan superar y los límites se pueden ampliar.

Cuando tenía 31 años y estaba embarazada de mi hija, la primera de mis dos maravillosos hijos, me despidieron. Ahora mismo recuerdo aquellos días con un sabor agridulce, porque aunque que me despidieran fue duro, me sentí frustrada, poco valorada, incluso un poco humillada por cómo se gestionó todo (de ahí el agri…) con el tiempo, he podido darme cuenta que aquello, fue una gran oportunidad para mí, una oportunidad para salir de mi zona de confort, una invitación para dejar de hacer un trabajo que me gustaba, pero que no me llenaba, y una puerta abierta para poder crear aquello que estaba destinada a ser y a hacer (de ahí el dulce). Lógicamente si mi yo del presente, hablara con mi yo del pasado (a la que acababan de despedir, y estaba asustada porque no sabía qué trabajo iba a poder encontrar, asustada también porque iba a ser madre, y no sabía qué clase de madre iba a ser ni si iba a ser capaz de darle a su hij@ aquello que necesitaba) con aquella persona pequeñita y asustada, y le dijera que se levantara, que en ella estaban todos los recursos para crear la vida que quería vivir, que si no encontraba un proyecto, ya lo crearía ella misma… mi yo del pasado hubiera pensado que esa persona estaba loca, no la conocía, no sabía lo que estaba diciendo. Pero mi yo del pasado un día lo hizo, se levantó y se creyó que podía atreverse a ser quien quería ser, y a construir lo que quería crear. Se levantó y lo hizo, y se convirtió en mi yo del presente.

Y por eso tiene sentido lo que hago, y en mis manos está seguir dando sentido a todo lo que haga en esta vida, y a vivir intensamente cada uno de los momentos.

digital leadership

Tres factores clave que impiden integrar el teletrabajo

Últimamente observo mucha demanda de programas para desarrollar habilidades de liderazgo en remoto, lógicamente adaptarnos a este nuevo estilo de trabajo no está siendo fácil para nadie, ni siquiera para los defensores del teletrabajo, entre los que me encuentro.

Pero los líderes no necesitan aprender habilidades para gestionar más eficazmente equipos en remoto, o no tienen que aprender sólo habilidades. A la hora de abordar cualquier cambio, me gusta seguir el patrón de la teoría integral de Ken Wilber, creo que explican muy bien porqué la mayoría de los cambios fracasan en las organizaciones.

Willber identifica 4 dimensiones diferentes, en función de dos variables (interior-exterior e individual-colectiva):

  • Interior – individual (mentalidad)
  • Exterior – individual (competencias)
  • Interior – colectiva (espacios de trabajo)
  • Exterior – colectiva (cultura)

La mayoría de los cambios en las organizaciones fracasan porque sólo ponemos atención a las variables externas (los sistemas de trabajo y las competencias) y no a las variables internas (la mentalidad y la cultura), que son determinantes a la hora de poder desplegar con eficacia las competencias y los sistemas y procesos de trabajo.

La variable interna, es como el sistema operativo, es la base sobre la que las aplicaciones se asientan, si no soncompatibles, no funcionan bien. Todos hemos tenido alguna vez problemas al actualizar una aplicación, porque nos decía que no era compatible con nuestro sistema operativo, ¿verdad? No podemos descargar aplicaciones de Android en IOS y viceversa.

Pues lo mismo ocurre con los cambios en las organizaciones, no podemos desarrollar líderes influyentes, flexibles, coaches, cuando tienen mentalidades de control. No podemos crear contextos y sistemas de trabajo descentralizados en culturas presencialistas y de supervisión constante, no podemos pretender que los equipos cooperen en culturas de alta competitividad, las personas no van a ser capaces de aceptar el error como un aprendizaje necesario, si su identidad está ligada resultados.

En los últimos meses he tenido la oportunidad de trabajar con varios líderes, en varias organizaciones diferentes. Todos, como decía antes, nos hemos adaptado al teletrabajo por imposición, pero muchos están deseando volver a la oficina. Y algunos han obligado a los empleados a volver a la oficina incluso ahora, que sería mucho más seguro que trabajaran desde su casa.

Hace poco hablaba con la Directora de una empresa, pequeña (10 empleados), que me comentaba que estaban todos trabajando en la tienda, y que tenía miedo, porque si alguna persona se contagiaba iba a tener que cerrar 10 días… y le pregunté por qué no les proponía al equipo de administración trabajar desde casa “porque trabajan con material confidencial que no quiero que se lleven a casa, y porque si están en su casa, no se si están trabajando o tomándose un café” fue su respuesta. y aquí aparece el primer problema que tienen las organizaciones para implementar el teletrabajo de manera eficiente:

FALTA DE CONFIANZA

El primer factor que hace que el teletrabajo sea muy difícil. Si no confías en las personas de tu equipo, no vas a estar cómodo con este sistema de trabajo.

Pero si no confías en las personas de tu equipo, ¿por qué forman parte de tu equipo? O ¿por qué no haces algo para mejorar esa relación?

La cooperación y la confianza deben estar presentes en los equipos de trabajo, y el liderazgo debe promover y ser capaz de generar esta cultura.

A mí me gusta tener a la gente en la oficina, porque si de repente necesito algo de alguno de ellos, me acerco a su mesa y se lo pido, yo viajo mucho, y mi agenda es muy imprevisible, no se si voy a estar el lunes o el marte, así que cuando vengo es bueno que todos estén aquí, porque así podemos tratar los temas urgentes en el momento”. 

FALTA DE ESTRUCTURAS DE GESTIÓN EFICIENTES

Esta contestación de otro líder, esta vez un Director General, me sirve para introducir el segundo problema que hace que el teletrabajo no funciones: La falta de organización. Los equipos que no trabajan de manera coordinada y organizada, se adaptan peor al teletrabajo. Si los canales de comunicación no están bien definidos, si el día a día se basa en la improvisación… y si no tenemos los sistemas de trabajo adecuados (ordenadores y software actualizado, soluciones cloud…)

Vamos que estamos en plena era digital, que herramientas para estar conectados, nos sobran. Esta experiencia nos puede servir para ser mucho más eficientes. Si bien esto nos conecta con otra de las dificultades:

FALTA DE HABILIDADES DIGITALES

Son muchas las personas que todavía no se sienten cómodas empleando herramientas digitales, y así vemos como los “problemas técnicos” muchas veces no son técnicos, muchas veces el problema no es que la cámara no se enciende, si no que la persona que la está utilizando no sabe cómo encenderla, no sabe si el micro está encendido o a apagado, no sabe compartir los documentos o la pantalla, no sabe… Este seguramente sea el problema más sencillo de todos, porque todo lo que no se sabe se puede aprender, sólo necesitamos dos cosas: ser conscientes de que tenemos un gap (de verdad que me encuentro mucha gente que piensa que está muy al día, pero que es la cámara la que no se quiere encender…) y querer cubrirlo, ya que creo que somos conscientes de que muchas personas no quieren cambiar, no quieren aprender cosas nuevas, y este problema es más complicado de resolver.

Por lo tanto, ¿qué pueden hacer los líderes para implementar de una manera más efectiva el teletrabajo?

El teletrabajo, nos guste o no guste, ha venido para quedarse, porque a pesar de los problemas que puede generar, las ventajas son muchas (flexibilidad, conciliación, reducción de costes…). Por lo tanto, bajo mi punto de vista, la cuestión no es teletrabajo Si o Teletrabajo No, si no Teletrabajo CÓMO?

  • Creando culturas basadas en la confianza la cooperación y la seguridad sicológica (cuadrante interior – colectivo de K.W.)
  • Ayudando a los líderes a desarrollar su growth mindset, rompiendo las creencias que tienen que ver con que el control es necesario y el error no deseable. (cuadrante interior – individual de K.W.)
  • Repensando los espacios de trabajo que necesitamos en las oficinas, para fomentar que el tiempo que pasemos allí sea útil, favorezca el trabajo en equipo y la comodidad, y los procesos y sistemas de trabajo que necesitamos, más flexibles y ágiles. (cuadrante exterior – colectivo de K.W.)
  • Y por supuesto, desarrollando las habilidades que se necesitan: digitales y analógicas, que tenemos que seguir siendo capaces de comunica, delegar, influir y cooperar con herramientas digitales y sin ellas. (cuadrante interior – individual de K.W.)

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EL OPTIMISMO, MULTIPLICADOR DE POSIBILIDADES EN LOS EQUIPOS

A menudo observo como la actitud que tomamos en relación a la situación y a las posibilidades determina el resultado que podemos alcanzar. Como Viktor Frankl decía, “cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. Te pueden quitar, pero siempre podrás decidir cómo vas a relacionarte con esa situación. Tanto el optimismo, como el pesimismo, son una elección.

Desde hace muchos años soy una firme defensora de trabajar el optimismo en el entorno profesional, tanto a nivel individual, como colectivo (en los equipos). Sin embargo veo cómo muchas veces está denostado, sobretodo en entornos de alta exigencia.

Recuerdo que hace unos muchos años, me pidieron preparar un proyecto de desarrollo para los mandos intermedios de una compañía; querían valorar cómo ejercían su función, puesto que habían visto algunas áreas de mejora en su evaluación del desempeño, y diseñar un plan de trabajo, sobretodo para mejorar las relaciones hacia abajo, con su equipo, y las relaciones laterales, con otras áreas de la compañía. Decidimos utilizar una evaluación y preparar un plan de acción en función de los resultados. El caso es que cuando diseñé el assessment incluí un apartado para valorar el optimismo de las personas evaluadas, sobretodo para ver si estaba presente a la hora de afrontar los retos y problemas. Cuando presenté el borrador, la Directora de RRHH me dijo que le había gustado mucho, que sólo quería eliminar un par de preguntas (las relacionadas con el optimismo), y no hubo manera de convencerla. Y finalmente sentenció: “mira Andrea, en esta empresa el optimismo no está bien visto, aquí somos más realistas, en este sector no tenemos tiempo para este tipo de cosas…”

¿Cuántas veces habéis escuchado esta frase?: Yo no soy ni optimista, ni pesimista, soy realista.

Seguro que muchas veces. Bien pues vamos a desmontar esta afirmación:

EL REALISMO, NO ES PESIMISMO NI OPTIMISMO

¿Pero la realidad es optimista o pesimista? La RAE define realidad como “la existencia real y efectiva de algo”. La realidad, tiene que ver con los hechos, lo que realmente ocurre.

Si nos estamos enfrentando a un problema, la realidad son los hechos, sin interpretación: hemos perdido un cliente, que supone el 40% de nuestra facturación. Eso es la realidad. La parte no interpretable de esta situación. Por eso la realidad nunca es pesimista, ni optimista. Son sólo hechos.

Ahora bien, dados los hechos, cada uno los interpretarlos, y lo hacemos en función de nuestro estado de ánimo, las emociones que tenemos en ese momento, en función de nuestras creencias, nuestros valores…

CADA UNO ELEGIMOS CÓMO INTERPRETAMOS LA REALIDAD

Y así elegimos cómo interpretamos esos hechos. Y aquí sí que somos optimistas o pesimistas. Y somos algo, o mejor dicho hacemos una lectura optimista de la situación o hacemos una lectura pesimista.

Continuando con el ejemplo anterior, en el que perdíamos un cliente que suponía el 40% de nuestra facturación, podemos pensar:

  • «bueno ahora tenemos la oportunidad de explorar nuevos mercados, y cerrar nuevos acuerdos, quizás más provechosos.»

O bien..

  • «Ahora vamos a tener que reestructurar, despedir a gente, esto es un desastre!«

La realidad es que ambas cosas seguramente sean ciertas, la pregunta es ¿dónde quieres poner el foco?, ¿cuál de las dos visiones puede ser más provechosa para ti? ¿Y para tu equipo?

EL OPTIMISMO EN LOS EQUIPOS

Estoy convencida que no hay equipo que pueda desenvolverse en entornos tan complejos, cambiante y complicados como el actual, si no es reforzando el optimismo, individual y sistemáticamente.

El optimismo puede empujarnos hacia delante, nos impulsa a buscar soluciones, nos ayuda a crecer, a mejorar. 

Como hemos visto, la realidad no es percibida igual por todo el mundo, depende de la óptica con la que se mire, depende de nuestras propias experiencias, de nuestro estado de ánimo, de nuestras etiquetas, de nuestras expectativas… y sí, la realidad se puede leer e interpretar con una actitud optimista, o podemos esperar siempre lo peor.

Es por eso que el optimismo influye muchísimo en las relaciones y en los resultados que se generan en un equipo. 

Por supuesto que parece obvio, que un equipo que se enfrenta a un gran reto, debe hacerlo con optimismo, debe considerarse capaz de conseguirlo, puesto que si no es así, si comenzamos un proyecto pensado que no vamos poder conseguirlo, seguramente esa actitud nos conduzca al fracaso. 

Desde mi punto de vista también es muy importante la influencia que el optimismo puede tener en las relaciones del equipo. En un entorno de confianza, donde todas las personas creen en la profesionalidad y la implicación de los demás, en el que los problemas se discuten abiertamente y el compromiso de todos y cada uno de los miembros del equipo es innegable, no puede faltar el optimismo. Y este está presente cuando, por ejemplo, tenemos un problema con uno de los miembros del equipo, o cuando vemos que alguien no está alcanzando los resultados que se esperaban de él/ella, afrontamos este tipos de conflictos en las relaciones bajo la óptica del optimismo, y esperamos siempre poder resolver estos incidentes.

NUEVO AÑO, NUEVOS RETOS

7 aspectos a tener en cuenta para conseguir alcanzar tus metas

Acabamos de comenzar el 2020, y como cada nuevo año que empieza, todos nos proponemos hacer cambios en nuestra vida. Algunos de esos retos que nos planteamos a principios de año, los alcanzamos, pero sí somos sinceros, la mayoría de ellos, los abandonamos enseguida.

¿Cuál es el problema? ¿qué es lo que hace que estos propósitos de nuevo año no sean efectivos?

GROWTH MINDSET 

Afrontar los retos con la mentalidad adecuada, es el punto de partida, la base para garantizar el éxito. Una mentalidad de crecimiento, que nos conecta con lo interesante que es el camino de aprendizaje que se abre ante nosotros cuando se nos plantea un reto, en lugar que con el éxito o el temido fracaso, nos ayuda muchísimo.

En la foto, podéis ver a Aimee Mullins, supongo que muchos ya la conocéis, ya que es un ejemplo de superación; atleta, modelo y conferenciante, Aimee comparte su experiencia vital, como ejemplo de superación. Y además es un claro ejemplo de cómo la Growth Mindset (mentalidad de crecimiento), contribuye al desarrollo y la superación constante, más allá de los límites que nos ponemos a nivel personal y colectivo.

AHORA O NUNCA

En primer lugar lo que debemos plantearnos es, si es algo realmente importante para mí, ¿por qué no lo he hecho antes? Si hace 20 años que fumas, y más de 5 años que tienes problemas de pulmón, ¿por qué el 1 de enero es una buena fecha para dejar de fumar? Y la respuesta suele ser porque realmente no es algo importante para ti, no lo consideras una prioridad. Hay determinadas cosas que parece que todos deberíamos hacer; dejar de fumar (obviamente es perjudicial para la salud), hacer mas deporte (esta es mi favorita… lo reconozco), cuidar la alimentación, no hacer tantas horas extra en el trabajo, etc. Pero el problema es que realmente, en nuestro interior no lo consideramos importante, y por eso enseguida comenzamos a contarnos historias que disculpen el hecho de que no lo estemos consiguiendo; bueno, con que reduzca a 5 cigarrillos al día… el deporte no es tan importante, yo ando mucho… 

Si algo es realmente importante para ti, no procastines, comienza ya, hoy mismo, si lo dejas para más adelante, preguntaste si realmente lo quieres hacer y comprometerte con ello, o solo estás dilatando porque no piensas hacerlo.

CONECTA CON TUS PROPIAS NECESIDADES

Esto conecta con la siguiente razón por la que fracasan muchos de esos nuevos, y es que como hemos dicho, muchas veces nos planteamos retos por imposición social, es decir, parece que si tenemos más de una talla 38 deberíamos adelgazar, si no vamos al Gym no somos consciente de la importancia que tiene la forma física. Cualquier reto que nos planteamos en cualquier momento del año, tiene que conectar con nuestras propias necesidades, con lo que de verdad es importante para nosotros. 

El final/principio del año es un momento mágico para hacer balance, analizar las cosas que hemos hecho mal, las que hemos hecho bien, y tomar decisiones conscientes sobre aquello que queremos cambiar y las que queremos mantener e incluso potenciar.

FORMULAR LOS RETOS EN POSITIVO

Es mucho más efectivo para conseguir un cambio, que nos planteemos el propósito en positivo, es decir, que no nos planteemos dejar de hacer algo, sino empezar a hacer algo. Nuestro cerebro funciona más eficientemente a la hora de generar nuevos hábitos si le decimos lo que queremos hacer, el concentrarnos en lo que queremos dejar de hacer sólo hace que pensemos más ello, es como el típico ejemplo de “no pienses en un elefante rosa”, automáticamente a todos nos viene a la mente el animal. Si nos decimos constantemente que “no queremos fumar”, lo único que vamos a conseguir es aumentar nuestra ansiedad, porque constantemente estamos pensando en el tabaco. Es mucho más efectivo plantearnos el objetivo de “vivir de una manera más saludable” y desde aquí trabajemos nuevos hábitos que conecten con ello: tomar un desayuno saludable, ir andando hasta la segunda parada del autobús en lugar de la que hay al lado de casa, beber más agua, etc, estos nuevos hábitos seguramente nos ayudarán también a no pensar tanto en el tabaco.

SER CONSTANTE

Los cambios no son fáciles de lleva a cabo, van a haber momentos de incomodidad, pero si realmente es importante para nosotros tenemos que ser fuertes y seguir adelante. Cada vez que tengas ganas de abandonar repítete por qué es importante para ti, y cuales son los motivos que te han llevado a tomar la decisión de hacerlo. Y NUNCA NUNCA TE CANSES. Si no funciona la primera vez, comienza de nuevo una y otra vez hasta que lo consigas. Vivimos en una sociedad en la que vemos 

BUSCA ALIADOS

Es bueno que tengas apoyo durante el camino. Piensa en quién puede ayudarte, bien sirviéndote de inspiración, acompañándote en el reto, o cerciorándose de que continuas adelante. 

Si por ejemplo quieres dejar de fumar, decírselo a todos tus amigos y compañeros de trabajo te ayudará a que vigilen que cumples con tu compromiso. Sería bueno que buscaras a alguien que ya lo haya conseguido y te sirva de inspiración, y quizás necesites ayuda médica o psicológica sobretodo las primeras semanas, hoy en día existen multitud de tratamientos que pueden ayudarte.

SI QUIERES HACER ALGO, HAZLO, NO LO INTENTES

“Venga, voy a intentarlo” ya empezamos mal, seguramente no lo vayas a hacer… cuando queremos realmente hacer algo, lo hacemos, no lo intentamos, puede ser que al hacerlo algo no salga bien, pero lo estamos haciendo, no intentándolo. Cuando comenzamos un reto diciéndonos que lo vamos a intentar, ya estamos empezando a excusar, inconscientemente, que puede ser que no lo vayamos a conseguir. Recuerda que puedes conseguir cualquier cosa que te plantees, estás lleno/a de oportunidades, sólo hazlo, hazlo una y otra vez, si es preciso, por supuesto que lo vas a conseguir.

La clave principal es querer, todo lo demás es secundario, si realmente quieres conseguir algo, lo vas a conseguir, aunque te cueste más o menos; no lo dilates, si lo estás haciendo, plantéate si realmente es algo importante para ti, si no lo es, deja de mortificarte intentando hacer cosas que no te conectan, formula los retos en positivo, no te concentres en dejar de hacer algo sino es crear algo nuevo, persiste y persiste hasta que lo consigas, y sobretodo, nunca empieces un reto diciéndote a ti mismo que “lo vas a intentar”, simplemente hazlo.

ir más allá constantemente

El mundo está cambiando y nosotros con él. lo que esperamos, lo que buscamos, lo que necesitamos, nuestros valores y nuestras necesidades esenciales están cambiando, y no es sólo una cuestión generacional, que también. Se trata más bien de una evolución lógica.

Yo nací en el 83, por lo tanto formaría parte de la generación de los llamados millenials, o generación Y. En contraposición a la generación X, la anterior, se dice de nosotros que somos menos fieles, nos movemos por proyectos y por afinidades, si el proyecto cambia, si nuestras necesidades cambian, no tenemos miedo a comenzar de nuevo. Esta filosofía es aplicable a todos los ámbitos de la vida: las relaciones de pareja, las amistades y por supuesto, los proyectos profesionales.

Hay que ser conscientes de los cambios que se han dado en la sociedad en los últimos años. Por un lado a nivel social hemos visto como cada vez más de demandan medidas conciliación, porque cada vez más vemos el trabajo como una parte de nuestra vida que debe complementarse con las demás. La tecnología nos está ayudando a automatizar muchas actividades y a ser más productivos, si bien es cierto que esto redunda o redundará en la desaparición de ciertos puestos de trabajo, también nos está permitiendo relacionarnos de otra manera, ahora ya no necesitamos estar presentes en la oficina, ya que con un acceso a internet (y ahora tenemos buenas conexiones por todas partes) tenemos acceso a la nube, y podemos conectarnos a reuniones en remoto, incluso podemos grabar la reunión y subirla a la nube para que las personas que no han podido asistir tengan acceso a toda la información.

La cuarta revolución industrial, la Transformación Digital, está suponiendo la transformación del mundo tal y como lo conocíamos. y ahora tenemos que acostumbrarnos a vivir en el mundo VUCA (Volatility, Uncertanty, Complexity, Ambiguity) En el que el cambio es contante y la incertidumbre y la ambigüedad generan retos y problemas de una alta complejidad. Un mundo en el que las personas necesitamos crecer, para poder ir más allá constantemente.

Y para adaptarnos a este mundo tenemos que cambiar nosotros también, desarrollar nuestras habilidades, pero sobretodo cambiar nuestra mentalidad. No podemos esperar encontrar un contexto seguro donde todo esté bajo control, eso ya no existe. por muy cómodo que estés, el mundo mañana puede cambiar y echarte de una patada de allí donde estés: tu empresa puede decir cerrar o fusionarse con otra, tu jefe puede cambiar y con él el proyecto que tan interesante había sido para tí hasta este momento, tu pareja puede encontrar a otra persona y enamorarse de ella, tu ciudad puede declararse en bancarrota, etc

¿Esto quiere decir que tenemos que vivir agobiados y estresados constantemente? bueno, depende… Si no te gustan los cambios, y todavía sigues buscando un entono seguro y constante, y sin él, entonces seguramente sí, vivirás angustiado… El gran reto que tienes es prender a ver el cambio como una oportunidad, una oportunidad de crecer, de aprender, de ir más allá. Un reto del que saldrás reforzado. Ese es el gran trabajo que tenemos que hacer:

  1. Desarrollar nuestra Resiliencia: la capacidad que tenemos de adaptarnos a las situaciones cambiantes, difíciles, que suponen un reto, para poder salir fortalecidos de ella.
  2. Aprender: constantemente, formarnos, informamos, leer, hablar, compartir…
  3. Mejorar nuestro Networking: la gran habilidad del siglo XXI, uno sólo ya no puede con todo, cada vez es más necesario contar con una buena red de contactos en la que poder apoyarse.
  4. Mejorar el Liderazgo: tomar las riendas de tu vida, tener el valor de asumir riesgos y tomar decisiones difíciles, es necesario en todas las facetas de nuestra vida.

Por eso los millenials somos como somos, porque nosotros hemos desarrollado nuestra vida adulta en este contexto. No hemos conocido la seguridad de vivir en un entorno que avanza lentamente hacia el desarrollo, hemos crecido como adultos en un contexto de crisis económica, hemos aprendido a sobrevivir en él mirando siempre más allá. No nos conformamos con lo que tenemos, porque hemos aprendido que mañana podría desaparecer, por lo que necesitamos algo más que un buen trabajo, queremos algo que nos llene que nos inspire, que encaje en nuestro proyecto de vida y nos permita vivir de la manera que queremos vivir.

Y eso no es malo, eso no es no tener valores, es tener unos valores diferentes. No es que no nos comprometamos, es que tenemos otras necesidades y otras ambiciones.

Todavía recuerdo la primera vez que le dije a mi padre que estaba buscando trabajo, porque donde estaba no era feliz, no compartía la visión de la compañía, y no me entendía con mi jefa, y eso estaba redundando en que cada vez estaba menos motivada y mi rendimiento, lógicamente, no era el mejor. Él me miró con cara de desconcierto y me dijo: «pero si tienes un contrato indefinido…», no podía entender lo que yo le decía, porque para él el trabajo es trabajo, si tienes unas condiciones medianamente buenas, te da seguridad para vivir de una manera más cómoda, sin sobresaltos y nada más.

Pero hoy en día los contratos indefinidos sólo te aseguran tener una mejor indemnización en caso de despido. Si la empresa tiene que prescindir de tus servicios lo hará, porque el puesto desaparece, porque tienen que reducir la plantilla, porque ha venido un director nuevo y se ha traído a su equipo de confianza, porque tu rendimiento ha bajado… así que ¿por qué no vamos a hacer nosotros lo mismo?

Y aquí hago un llamamiento a todas aquellas personas que no son felices en sus puestos de trabajo, o no son felices con sus parejas, o con el lugar en el que viven, o con lo que sea… ¿a qué estáis esperando? ¿quién pensáis que va a venir a solucionaros vuestros problemas?

Ir más allá constantemente, también es esto. es tener el valor de mirar más allá y atreverse a dar el primer paso para tener una vida mejor, para crear tu propia realidad, para buscar mejores alternativas.

El mundo está lleno de oportunidades, ¡sal a buscarlas ya!

pensar en grande

Acompañar a una persona en un proceso de transición profesional no es sólo ayudarle a encontrar trabajo 

«Sé tú mismo. Los demás puestos están ocupados.»

— Oscar Wilde.

La mayoría de nosotros cuando nos enfrentamos a un despedido sentimos ansiedad por encontrar una alternativa profesional cuanto antes, ¿por qué? Pues porque vivimos en un contexto en el que no sabemos estar sin trabajar. Y en esto hay varios factores que nos condicionan:

  1. Identidad: muchas personas se identifican mucho con su tarjeta profesional. Durante mucho tiempo han sido el Director X, y dejar de serlo supone perder una parte importante de su ser.
  1. Relaciones: los clientes, los colaboradores, los compañeros de trabajo, durante mucho tiempo hemos estado compartiendo una parte importante de nuestro tiempo con ellos, y dejar de verlos, o verlos sólo ocasionalmente, es otro obstáculo que tenemos que superar.
  1. Rutina: organizamos nuestra vida entorno a nuestra jornada de trabajo, vamos al gimnasio al lado de la oficina, íbamos a comer al mismo restaurante todos los jueves… nuestros horarios y muchos de nuestros hábitos se han creado en torno a nuestro trabajo, cuando perdemos el trabajo, perdemos también esta estructura, y nos sentimos desorientados.
  1. Recursos: con el trabajo perdemos también nuestra principal fuente de ingresos, y aunque tengamos derecho a una prestación, normalmente no es suficiente para cubrir nuestros gastos. Además del salario, en muchas ocasiones gozábamos de determinados beneficios que también desaparecen: coche, seguro médico, retribución flexible, formación…

Cuando perdemos un trabajo, estamos perdiendo todo esto, y ese sentimiento de pérdida, nos conecta con los mismo procesos emocionales que enfrentamos ante cualquier duelo. Aunque la duración y la intensidad con la que lo vivamos ese duelo va a depender de muchos factores.

El primer aspecto, es el más importante de todos, el que más nos pesa al inicio del proceso; la identidad, el pensar en qué pensarán los demás cuando sepan que ya no eres el que eras… es lo que nos impide, por ejemplo, actualizar nuestro perfil de LinkedIn, o decirles a nuestros amigos o familiares que ya no estamos trabajando, el que nos hace sentirnos incómodos llevando a los niños al cole, porque los demás verán que no estamos trabajando, es el que más nos conecta al principio con el sentimiento de pérdida.

Y también es la identidad lo que en un principio nos guía en la búsqueda de nuevas opciones profesionales, aunque aquí vemos dos maneras de actuar:

  1. Continuista: buscamos encontrar exactamente lo mismo que teníamos. Mismo trabajo, en una empresa similar, con idénticas condiciones (o mejores…)
  1. Rupturista: a veces, cuando estamos atravesando la fase de la ira (o el enfado), lo que queremos es romper con todo lo que teníamos, y nos planteamos algo totalmente diferente; “me voy a ir a Africa a trabajar en una ONG”

En ambos casos, mi consejo es el mismo: date un tiempo para pensar y recapacitar sobre cual quieres que sea el próximo caso en tu carrera, en tu vida, porque al final el trabajo, por más que nos empeñemos en separarlo, forma parte de nuestra vida, es una parte importante, y afecta mucho a los otros ámbitos de la misma.

El principal regalo que nos hace cuando nos despiden, es el tiempo. Nos regalan un tiempo para hacer una pausa, y poder pensar en cuál queremos que sea nuestro próximo proyecto.

Aprovechar ese tiempo para poder crecer, tomar las riendas de tu vida y tomar una decisión consciente del siguiente paso profesional que tienes que dar para alcanzar tus metas, atreverte a valorar todas las posibilidades y creer en tus capacidades para lograr hacer tus sueños realidad. Eso es lo que tienes que hacer. Y eso es en lo que un buen coach de carreras te va a ayudar y acompañar.

Y a partir de aquí…

  1. Construye tu propia identidad, la que tú quieres construir. Para que todos puedan reconocerte por que realmente quieres ser.
  2. Genera relaciones auténticas y conscientes con aquellas personas que ya conoces, y con todas las que vayas conociendo en este camino.
  3. Crea tus propias rutinas de nuevo, y adaptadas a tu vida, y no al revés.
  4. Y genera los recursos que necesitas, para cubrir tus necesidades (no solo las básicas, todas tus necesidades)

Acompañar a una persona en un proceso de transición profesional no es ayudarle a encontrar trabajo. Es ayudarle a encontrar su proyecto, a pensar en grande, para que se atreva a ponerlo en marcha , y acompañarle en el camino del crecimiento que le conducirá al éxito.

Crecer es una constante, debemos retarnos a ir más allá constantemente. El camino está lleno de aprendizajes.